
Disertación de Roberta Consilvio (desde Italia) en el 6º Simposio Internacional del Centro Mundial de Estudios Humanistas, realizado en Lima, Perú, en 2018.
Agradezco a los organizadores del simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas que me permiten estar presente con ustedes en Lima con este breve aporte.
Introducción
El mundo de hoy, debido a su complejidad, requiere que cada ser humano haga frente rápidamente a muchos cambios. La consciencia individual procesa la información, pero a menudo está sujeta a errores, dada la incertidumbre y la urgencia en la que nos encontramos decidiendo y actuando. ¿Qué herramientas ofrece el humanismo universalista para enfrentar la crisis, que no es solo una crisis económica, social y cultural, sino también y sobre todo una crisis del pensamiento?
Se destacarán aquí algunas características del pensamiento que deben ser cultivadas con la intención de entrenarnos para el nuevo mundo que deseamos. La práctica de un método de pensamiento coherente nos ofrece nuevas posibilidades evolutivas. Veremos cómo el método estructural dinámico puede abrir el camino hacia un nivel superior de consciencia.
Además, trataremos de reflexionar sobre el concepto de conocimiento y el más importante de buen conocimiento, como un punto de referencia para el estudioso y para la persona común en la vida cotidiana. ¿Por qué y cómo elegir el buen conocimiento?
Crisis del pensamiento
Estamos, sin duda, en un momento histórico muy particular, en el que se acumulan en poco tiempo grandes y muy rápidas transformaciones en el paisaje humano a nivel planetario: la aceleración tecnológica, un sistema económico-financiero desarrollado pero injusto, la deconstrucción social, los movimientos migratorios masivos, la crisis ambiental, el poder excesivo del dinero. Más o menos conscientes, los individuos, las instituciones y las sociedades viven en una situación de incertidumbre e inestabilidad. El trasfondo de creencias y actitudes en el que se han formado las generaciones en el poder hoy en día es completamente diverso del de las generaciones más jóvenes, lo que contribuye a crear una mayor distancia que en el pasado, a menudo minada de incomprensión y desconfianza mutua.
Frente a las diversas crisis (económica, cultural, ecológica), la capacidad de guiar el camino individual y social se vuelve borrosa, y una visión confusa y fragmentaria impregna el entorno social y la conciencia humana, lo que genera una experiencia de inseguridad. El desconcierto y los miedos contribuyen a la ceguera del rechazo y el odio.
Por eso, esta crisis se perfila sobre todo como una crisis del pensamiento. El sociólogo francés Edgar Morin la define como “sonambulismo” y la describe con estas palabras:
El problema a tratar no son solo los errores de hecho (ignorancia), de pensamiento (dogmatismo), sino el error de un pensamiento parcial, el error de un pensamiento binario que ve solo o / o, incapaz de combinar y / y, más profundamente, el error de un pensamiento reducido y de un pensamiento disyuntivo ciego ante cualquier complejidad1.
Frente a la creciente complejidad de la realidad, el pensamiento individual y colectivo no puede con las diferentes dimensiones del conocimiento disponibles en la actualidad. Las personas se especializan en un área o disciplina, lo que disminuye su capacidad para relacionar datos de otras áreas; la prensa y las redes sociales, con la posibilidad instantánea de relanzar noticias no verificadas, exponen las convicciones de los ciudadanos a la desinformación y a la reacción irracional, configurándose el problema de las noticias falsas (fake news). A nivel político, la gente no se siente capaz de dar una opinión de sentido común, porque siempre aparece un experto que se apodera del derecho a intervenir en el debate civil y los ciudadanos se vuelven cada vez más pasivos y se contentan con gobiernos técnicos, exponiéndose a la dictadura de los expertos.
Este pensamiento debilitado, ausente, incapaz de manejar contradicciones, de relacionar conocimientos, de superar alternativas opuestas con nuevas soluciones es presa fácil de respuestas aparentemente fuertes. El proteccionismo y el encerramiento nacional o local, y la violencia de todo tipo representan un paso atrás para una cultura planetaria que, por el contrario, va hacia la globalización de los derechos humanos, pero los líderes que las propugnan son aclamados visceralmente por grandes sectores de la población.
El método estructural dinámico
El mundo de hoy necesita aprender a pensar, necesita saber cómo piensa, necesita ser consciente de los errores e ilusiones, necesita aprender a relacionarse, a diferenciar lo que es importante y relevante de lo que no lo es, a ordenar la información y a entender qué hacer con ella y por qué. El mundo necesita un método. El filósofo argentino Silo elaboró en los años setenta el método de pensamiento del humanismo universalista, denominado el método estructural dinámico. Este consiste en una serie de pasos que ordenan, ponen en relación y estructuran los diferentes conocimientos que se tienen sobre un tema de interés para generar una nueva respuesta, sintética, global, operativa2. Veamos qué consecuencias tiene la aplicación continuada del método para la vida individual y social. ¿Cuál es la razón por la que es interesante usar el método para pensar?
El método estructural dinámico me entrena para ser más consciente, porque siempre tengo que hacer explícita mi mirada y mi interés ante un tema; me hace más coherente, porque conduce mi pensamiento de manera ordenada, superando mis hábitos equivocados; me permite tener una nueva mirada y por lo tanto una nueva visión del mundo. Me permite elegir y actuar con mayor libertad, porque puedo integrar en mi repertorio de posibles acciones las que derivan de una nueva visión de la realidad; me ayuda en la evolución de un nivel de consciencia más lúcido y atento; me hace comprender mejor la realidad porque en su propia constitución reproduce la compleja conformación de la realidad que quiero comprender. Consciencia, coherencia, una nueva mirada al mundo, libertad de acción, una conciencia más clara: así es como el método se convierte en una herramienta de transformación personal y social al mismo tiempo.
La aplicación del método estructural dinámico va en la dirección del buen conocimiento, otro concepto que proviene del humanismo universalista, precisamente de El mensaje de Silo3, que puede clarificar y organizar el cambio personal y social en este tiempo de crisis del conocimiento. El conocimiento hoy en día está en crisis de muchas maneras: es fragmentado, sectorial, profundiza en los detalles, pero no constituye de forma completa y consistente los objetos más importantes del conocimiento humano, a saber, la vida, el cosmos, nuestro planeta, el ser humano. Es un conocimiento ingenuo, sujeto a errores e ilusiones porque no quiere reconocer que detrás de cada acto hay una consciencia intencional con sus intereses, Es un conocimiento que a menudo se convierte en prerrogativa de unos pocos afortunados (y ricos), mientras que la mayoría está excluido de él. Un conocimiento que discrimina entre modelos culturales e impone una visión única que empobrece los puntos de vista en lugar de enriquecerlos; que por conveniencia y poder está a menudo al servicio de la violencia de todo tipo; que no le importa lo que es más profundo, el sentido de la vida y de la muerte.
Todos estos son peligros reales. El mundo necesita del buen conocimiento, un conocimiento relacional que cree puentes entre disciplinas; que permita que todo conocimiento se exprese y se confronte, sin importar de qué cultura provenga; que dé respuestas a las preguntas fundamentales: ¿qué es un ser humano?, ¿qué es la vida?; que encuentre una forma de ser de todos y para todos con acceso libre y compartido y que detrás de todo conocimiento exista una mente que lo produzca o lo utilice en su propia dirección, por lo que debe ser de suma importancia reflexionar sobre la dirección a la que va dirigido. Solo si se dirige a superar el dolor y el sufrimiento de cada ser humano, solo entonces el conocimiento podrá proporcionar el material para construir el ser humano del futuro y representar la vanguardia de una nueva nación humana.
Entonces, la pregunta que cabe hacerse es: ¿qué estoy haciendo hoy para pensar en modo coherente, de modo tal que crezca una visión integral e integrada del ser humano?
2 Esta propuesta se encuentra sintetizada en la obra organizada por Jorge Pompei y colaboradores, Teoría y Práctica. Método Estructural Dinámico: seminario, taller; edición publicada en 2008, en Buenos Aires, por el Centro Mundial de Estudios Humanistas.
3 Silo. (2007). El Mensaje de Silo. Rosario: Ulrica Ediciones.